viernes, 20 de diciembre de 2013

Tan joven y tan viejo.



Una de las mejores canciones que tiene Sabina es esta: Tan joven y tan viejo. Se encuentra dentro del álbum Yo, mi, me, contigo, publicado en 1996. La letra es del propio Sabina y la música del cubano Carlos Varela. Esta canción me pone los pelos de punta siempre que la escucho. Me parece perfecta para expresar lo que él siente y hablar del paso de su vida, desde la niñez hasta la madurez a través de varias figuras literarias como anáforas. De su niñez recuerda los niños de la posguerra, los cuales estaban privados de libertad ya que esa época no tiene nada que ver en como somos hoy en día. De su juventud explica como ha ido pasando por varias aventuras: sobre todo amorosas.

Como ya sabemos, se exilió a Londres buscando nuevas ideas para poder salir adelante y en la primera frase de la canción empieza diciendo Lo primero que quise fue marcharme bien lejos… porque quería huir de la represión que se vivía en España en la época franquista y además aprovechar para poder conocer otras ciudades y países porque su ciudad de nacimiento, Úbeda, se le había quedado pequeña. Él en sus canciones siempre cuenta todo lo que ha vivido, también dice que ha pasado buenas experiencias difíciles de olvidar, como por ejemplo noches pasadas en un banco de un parque por diferentes motivos. Esta canción tiene un marcado carácter autobiográfico como prácticamente en casi todas sus canciones.


En cuanto a su composición, siempre utilizando poesía, recursos y metáforas no inventadas. Seguro que muchos se sentirán identificados con la frase: Lo primero que quise fue marcharme bien lejos, porque hemos sido muchos los que hemos querido marcharnos lejos alguna vez, sin tener ninguna preocupación y en busca de nuevos logros.


Os dejo la canción escrita y un vídeo para que escuchéis la letra:



Lo primero que quise fue marcharme bien lejos; 
en el álbum de cromos de la resignación 
pegábamos los niños que odiaban los espejos 
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York. 

Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida 
le pedí que a su antojo dispusiera de mí, 
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida 
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí. 

Así crecí volando y volé tan deprisa 
que hasta mi propia sombra de vista me perdió, 
para borrar mis huellas destrocé mi camisa, 
confundí con estrellas las luces de neón. 

Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos, 
sobre el banco de un parque dormí como un lirón; 
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo 
más de un beso me dieron (y más de un bofetón). 

Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna, 
lo que sé del pecado lo tuve que buscar 
como un ladrón debajo de la falda de alguna 
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar. 

Así que, de momento, nada de adiós muchachos, 
me duermo en los entierros de mi generación; 
cada noche me invento, todavía me emborracho; 
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.





Escuchando la canción podemos darnos cuenta de que el autor aunque sea una persona madura se siente joven. Se siente tramposo en el juego, en la vida, defrauda a sus amigos y la propia vida le ha dado golpes por decir lo que pensaba: Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo, más de un beso me dieron y más de un bofetón… 



A pesar de que su vida haya sido como un canto rodado, él sigue adelante, componiendo canciones que nunca nos van a dejar de sorprender, canciones que no podremos dejar de escuchar, canciones en las que nos podemos sentir reflejados de alguna manera, canciones que te llegan muy profundo, canciones que sólo puede componer Sabina, like a rolling stone…



IRENE LOPEZ KNELER

8 comentarios:

  1. Me gustó leer este post y eso que yo sólo tengo 23 años. Grande Sabina 👍

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  2. Vaya, sesudo comentario. Comparto cada una de tus ideas, a mis 55 años saboreo esta canción cada dia mas. espero setirme joven mientras más viejo sea.

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  3. Es una letra espectacular.. Y a más de a uno nos debe llegar esa canción...

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  4. Bárbaro señor Sabina, vaya don de hacernos música al corazón.

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